¿ES IGUAL UNA CLASE PRESENCIAL QUE UNA ONLINE? ¿SE APRENDE LO MISMO? ¿CUÁL ES MEJOR?

Hasta antes de la pandemia del COVID, el contacto con las clases online era nulo. Quizás se concebía esta opción como una forma de clases a unos niveles de formación más altos o técnicos, o cuando se imparten con la colaboración de expertos de otros centros o países.  La Educación no era una actividad que se hiciera con teletrabajo de profesores y alumnos, ni tampoco todos contábamos con medios técnicos, como mucho se ayudaba de plataformas del tipo de “Aula virtual” o de “Classroom” de Google para hacer alguna actividad, ejercicios evaluables o trabajos, y en algunas materias ni siquiera esta herramienta se había utilizado.

Muchos nos habíamos iniciado en el curso anterior en este tipo de clases, de forma precipitada y sobre la marcha aprendimos a manejarnos con ellas. Tras el verano llegó el inicio de un nuevo curso, y la situación obligaba a tener presente una serie de medidas sanitarias, o incluso era necesario concebir la posibilidad de que el regreso a las clases no fuera posible, o en algún momento se viera interrumpido,  por lo que algunos centros  tuvieron que implantar las clases online como una vía necesaria para poder tener unas clases “normalizadas” y de una manera “continuada”. En esta ocasión, se planificó un poco más, se mejoró inicialmente y se va aprendiendo de la misma experiencia de usarlas.

La opción de las clases online es buena desde el punto de vista de lograr que la vida escolar no se vea interrumpida, se continué el proceso de formación de los estudiantes,  y no sea un tiempo totalmente perdido. Eran, por tanto, necesarias, y el desarrollo del curso lo ha demostrado. Pero, y siempre hay un “pero”, no es una opción igual para todos, la llamada brecha tecnológica existe, es real, por lo que el mismo recurso puede ser aprovechado de diferente manera, tanto por el lado de estudiantes como de los centros. También es una opción que ha obligado a todos a una formación acelerada en la utilización de estos medios, y en alguna ocasión no gozando de buena aptitud para ello. Incluso para algunos ha supuesto una anticipada renovación de equipos o de mejorar el acceso a la red, si sus medios económicos se lo permitían. 

Parece  que la clase online ha llegado aquí para quedarse, porque viene a cubrir una necesidad básica como es la educación en unos momentos en los que las aulas con un elevado número de alumnos no es posible, sin dejar de tener contacto con la materia, con el profesor o profesora, e incluso con los compañeros y compañeras. Pero desde mi punto de vista, a nivel de aprendizaje estas clases se alejan de los logros de unas clases presenciales, quizás tengan menos interrupciones para los profesores, y puedan alcanzar un ritmo de trabajo, pero no se produce el “feedback” entre profesor-alumnos, se pasa por temas sin profundizar o incluso quedan muchas dudas sin consultar. 

Por otro lado, es posible que alguno maneje bien este formato, le guste grabar las clases para poder verlas posteriormente, o tenga una gran capacidad y pueda permitirse no acudir a estas clases online (o no hacerlas ni caso en la comodidad de su casa). Pero para los alumnos que tengan más dificultad de aprendizaje, o que necesiten que su atención esté centrada en el contacto cercano del profesor, este tipo de clases no les favorece nada. Creo que no se aprende de igual manera los contenidos, y requiere de los alumnos un mayor esfuerzo.

Luego está el problema de las conexiones, caída de la red, los problemas técnicos de audio o video, … que puede llegar a estresar, y ver desesperado que parte del tiempo de clase se vea afectado por estos inconvenientes. A veces este tipo de clase consiste simplemente en oír lo que el profesor esté explicando, porque una imagen lejana y mala no ayuda mucho. Supongo que hay asignaturas en las que esto es un gran problema, de hecho, la opción de que el profesor comparta pantalla viene a salvar la situación, pero a consta de agudizar nuestra vista y oído al máximo.

En definitiva,  opino que las clases presenciales son mejores que las clases online, te permite un aprendizaje mejor, y trabajas de una manera más rápida, pero ante las adversidades de estos tiempos, al menos estas clases telemáticas nos han permitido continuar nuestra formación, y dar un gran avance en el manejo de esta herramienta que puede sernos muy útil en nuestro futuro, ha hecho que el ordenador o el móvil sea un material escolar básico para trabajar. 


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