¿DEBERÍA HACERSE OBLIGATORIA LA VACUNACIÓN CONTRA EL
COVID-19?
Diariamente
nos vemos bombardeados con cifras de alto contenido negativo causadas por el COVID-
19. Contagios, muertes, alta ocupación de las UCIs, ERTEs, desempleo, cierre de
empresas, hundimiento del PIB, etc. En
un intento por contener esta pandemia nuestros Gobiernos han tenido que
recurrir a medidas restrictivas que limitan nuestras relaciones sociales,
cortan nuestra libertad de movimiento y evitan cualquier tipo de contacto,
hasta con la propia familia. Hay que añadir que la mascarilla se ha convertido
en un complemento obligatorio del que no te puedes separar en ningún momento, y
un artículo habitual en nuestra lista de la compra. Los hospitales están
saturados, y el COVID está acabando con muchos medios. No creo que el ser
humano pueda habituarse a esta situación, ni que pueda aceptarla
indefinidamente, por lo que pensar en que la vacuna puede ser una solución
considero que es psicológicamente necesaria, es una esperanza.
Esta
situación se está viviendo en todo el mundo, y hay una valoración común para
todos, no se puede sostener, no se puede alargar su permanencia entre nosotros,
por el lado que lo quieras mirar, se ha de combatir para lograr controlar y si
puede ser posible, lograr vencer. Ha demostrado que no va a desaparecer
fácilmente. Por ello surgió el interés global de encontrar una vacuna, muchos
científicos se pusieron al servicio de encontrar esta vacuna, mucho dinero se
invirtió en esta investigación y desarrollo, muchos intereses económicos
buscaban que se lograra lo antes posible.
Es verdad
que estas diferentes vacunas contra el COVID conseguidas por diferentes
laboratorios se han obtenido en un tiempo record, a diferencia con los tiempos
de estudio e investigación que otras vacunas necesitan para dar a luz y sean
utilizadas en el mundo sanitario, y aquí surge la polémica y la desconfianza
para mucha gente. Pienso que ha sido mucho el dinero que han invertido, los
medios materiales y humanos que se han utilizado, para lograr tener vacunas lo
más seguras y eficaces, aprobadas por la OMS y por los organismos que regulan
su elaboración y distribución. Algunos opinan que no han sido ensayadas lo
suficiente, y así también lo considero, pero confío en que se han cubierto unos
mínimos necesarios y óptimos para que sean mayormente satisfactorios sus
resultados. Como toda vacuna o medicamento, se ha de continuar sobre su
investigación y desarrollo, porque además este virus va a estar vivo entre nosotros
durante mucho tiempo, y sus mutaciones pueden ser infinitas, por tanto, el
estudio por mejorarlas, por conseguir la máxima efectividad, tiene que seguir.
Pero a su vez, como ocurre con la gripe, la población en general, y en especial
la población de riesgo, tendría que vacunarse.
Sería
necesario que la vacunación llegara a todos, siguiendo las fases previstas,
pero que de alguna manera fuese obligatoria, como cuando un bebé nace, y
durante los primeros meses de su vida se somete a un calendario de vacunación
para estar protegido. Incluso existen vacunas posteriores de recordatorio, y
quizás el tiempo nos demuestre que con el COVID tenga que ocurrir lo mismo.
Siempre hay opositores de las vacunas, pero el desarrollo de la humanidad ha
demostrado que las vacunas han sido uno de los grandes avances de la historia.
Los beneficios son mucho mayores que lo que pueda perjudicar a unos pocos. Creo
que así lo reconocemos muchos, por qué tiene que ser diferente para la vacuna
del COVID.
Todos los
países comenzaron su carrera por conseguir estas vacunas e iniciar sus
respectivas campañas de vacunación para intentar lograr la vacunación de
millones de personas en el menor tiempo posible. La razón es clara, se persigue
inmunizar a la totalidad de la población, su administración es generalizada,
pero no pueden obligar a nadie. Pero los que no estén a favor deberían pensar
que quizás su no vacunación pueda suponer no solo un daño propio, sino un
posible daño a alguien cercano o querido.
Como antes
he dicho, el COVID se está llevando a nuestros mayores, a familiares, a amigos,
está acabando con nuestra economía y está quitándonos de disfrutar de una vida
normal, de nuestro ocio y de tiempo para compartir. Yo soy partidaria de una
vacunación obligatoria contra el COVID-19 porque quiero abrazar a mi abuelo y
luego no llorar por haberle perdido, porque quiero que mi madre no pierda su
trabajo, porque quiero ir a clase con normalidad sentándome al lado de mi
compañera, porque quiero poder ir al
hospital con la tranquilidad de que me puedan atender ante cualquier enfermedad
que pueda tener, porque quiero viajar o poder ir a un restaurante
tranquilamente, en definitiva, porque necesito que vuelva mi vida de antes.
Comentarios
Publicar un comentario